San Mateo 23:27-28-37 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

3. Ustedes deben hacer todo lo que ellos digan; pero no hagan lo que ellos hacen, porque enseñan una cosa y hacen otra.

4. Imponen mandamientos muy difíciles de cumplir, pero no hacen ni el más mínimo esfuerzo por cumplirlos.

5. Todo eso lo hacen para que la gente los vea y los admire. Por eso escriben frases de la Biblia en papelitos que guardan en cajitas de cuero, y se las ponen en la frente y en los brazos. Cada vez hacen más grandes esas cajitas y los flecos que le ponen a la ropa, para que la gente piense que son muy obedientes a Dios.

6. Cuando van a la sinagoga o asisten a fiestas, les encanta que los traten como si fueran los más importantes.

7. Les gusta que la gente los salude en el mercado con gran respeto, y que los llame maestros.

8. »Pero ustedes no esperen que la gente los llame maestros, porque ustedes son como hermanos, y tienen solamente un maestro.

9. No le digan padre a nadie, porque el único padre que ustedes tienen es Dios, que está en el cielo.

27-28. »¡Qué mal les va a ir! Aparentan ser gente buena y honrada, pero en realidad son hipócritas y malvados. Son como una tumba pintada de blanco, que por fuera se ve limpia, pero que por dentro está llena de huesos y de suciedad.

29. »¡Pobrecitos de ustedes, qué mal les va a ir, hipócritas! Construyen monumentos para recordar a los profetas muertos, y ponen adornos en las tumbas de las personas buenas.

30. Dicen que, si hubieran vivido en aquel tiempo, no habrían estado de acuerdo con los que mataron a los profetas.

31. Pero, en realidad, demuestran ser iguales a ellos.

32. ¡Terminen, pues, de hacer lo que ellos comenzaron!

33. »¡Ustedes son unos mentirosos y unos malvados! Son tan malos como el veneno de una serpiente. ¡Por eso no se escaparán de ir al infierno!

34. Yo les enviaré profetas, sabios y maestros, pero a algunos de ellos ustedes los matarán o los clavarán en una cruz, a otros los golpearán en las sinagogas, y a otros los perseguirán por todas las ciudades.

35. Por eso, serán culpables de la muerte de toda persona buena en el mundo; comenzando por la muerte de Abel hasta terminar con la muerte del profeta Zacarías, que era hijo de Berequías. A este profeta lo mataron entre el templo y el altar de los sacrificios.

36. Les aseguro que todos ustedes serán castigados por esto.

37. »¡Gente de Jerusalén, gente de Jerusalén! Ustedes matan a los profetas y a los mensajeros que Dios les envía. Muchas veces quise protegerlos, como protege la gallina a sus pollitos debajo de sus alas, pero ustedes no me dejaron.

San Mateo 23