2. En ese pueblo, unos amigos de Jesús hicieron una cena para él. Lázaro estaba sentado a la mesa con Jesús, y su hermana Marta servía la comida.
3. María, su otra hermana, tomó una botella de un perfume muy caro y perfumó los pies de Jesús. Después los secó con sus cabellos, y toda la casa se llenó con el olor del perfume.
4. Pero uno de los discípulos, que se llamaba Judas Iscariote, y que después traicionaría a Jesús, dijo:
5. —¡Mejor se hubiera vendido este perfume! Nos habrían dado el dinero de trescientos días de trabajo, y con él podríamos haber ayudado a los pobres.
9. Muchos de los judíos que vivían en Jerusalén se enteraron de que Jesús estaba en Betania; así que fueron allá, no sólo para verlo sino para ver también a Lázaro, a quien Jesús había resucitado.
16-19. Los que estuvieron presentes en Betania, cuando Jesús resucitó a Lázaro, habían contado en Jerusalén este milagro. Por eso la gente salió al encuentro de Jesús. Pero los fariseos se decían unos a otros: «Miren, ¡todos lo siguen! No vamos a poder hacer nada.»Al principio, los discípulos de Jesús no entendían lo que estaba pasando; pero después de que Jesús murió y resucitó, se acordaron de que todo lo que le habían hecho a Jesús ya estaba anunciado en la Biblia.
20. Entre las personas que habían ido a Jerusalén para la fiesta de la Pascua, había unos griegos.
21. Ellos fueron a un pueblo de Galilea para ver a Felipe, uno de los discípulos de Jesús, y le dijeron:—Señor, queremos ver a Jesús.Felipe, que era de Betsaida,
22. fue a contárselo a Andrés, y los dos fueron a decírselo a Jesús.
23. Él les dijo:—Ha llegado el momento de que todos sepan de verdad quién es el Hijo del hombre.
24. Ustedes saben que el grano de trigo no produce nada, a menos que caiga en la tierra y muera. Y si muere, da una cosecha abundante.
25. Si ustedes consideran que su vida es más importante que obedecerme, no tendrán vida eterna. Pero si consideran que su vida en este mundo no es importante, y me obedecen, entonces tendrán vida eterna.
26. Si alguno de ustedes quiere servirme, tiene que obedecerme. Donde yo esté, ahí también estarán los que me sirven, y mi Padre los premiará.
27. »En este momento estoy sufriendo mucho, y me encuentro confundido. Quisiera decirle a mi Padre que no me deje sufrir así. Pero no lo haré, porque yo vine al mundo precisamente para hacer lo que él me mandó.
28. Más bien diré: “Padre, muéstrale al mundo tu poder.”Al momento, desde el cielo se oyó una voz que decía: «Ya he mostrado mi poder, y volveré a mostrarlo.»
29. Los que estaban allí decían que habían oído un trueno. Otros decían: «Un ángel le ha hablado a Jesús.»
30. Pero Jesús les dijo:«La voz que ustedes oyeron tiene como propósito ayudarlos a confiar en mí.