8. Yo les respondo: “No es fácil que alguien me robe; sin embargo, ¡ustedes me han robado!”»Todavía se atreven a preguntarme: “¿Y qué te hemos robado?” Pues escúchenme bien: ¡Me han robado porque han dejado de darme el diezmo y las ofrendas!
9. Todos ustedes, como nación, me han robado; por eso yo los maldigo a todos ustedes, también como nación.
10. »Traigan a mi templo sus diezmos, y échenlos en el cofre de las ofrendas; así no les faltará alimento. ¡Pónganme a prueba con esto! Verán que abriré las ventanas del cielo, y les enviaré abundantes lluvias.
13. »Pero ustedes hablan mal de mí, y todavía preguntan: “¿Y qué de malo hemos dicho?”
14. Pues esto es lo que han dicho: “No vale la pena servir al Dios todopoderoso. Aun si pecamos contra él, no tiene caso que nos pongamos tristes, ni vale la pena obedecer sus mandamientos.