8. »Ningún sacerdote debe volverse impuro por comer carne de animales que se hayan encontrado muertos o destrozados por las fieras. Yo soy el Dios de Israel.
9. »Todos los sacerdotes deben cumplir con este mandamiento. Si no lo cumplen, morirán. Yo, el Dios de Israel, los he consagrado a mi servicio.