9. Ellos les respondieron:—¡Hay que atacarlos ya! Recorrimos toda la zona y vimos que la tierra es muy fértil. ¡Vamos, no se queden ahí sin hacer nada! ¡Hay que ir enseguida a conquistar esa tierra!
10. Cuando lleguen, verán que la gente no sospecha nada. ¡Dios nos ha dado un territorio grande, donde hay de todo!
11. Entonces seiscientos hombres de la tribu de Dan salieron bien armados de Sorá y Estaol.
12. Subieron y acamparon al oeste de Quiriat-jearim, en Judá, en un lugar que ahora se llama Campamento de Dan.
13. De allí siguieron hasta la zona montañosa de Efraín, y llegaron a la casa de Micaías.
14. Los cinco hombres que habían explorado el territorio de Lais les dijeron a sus compañeros: «¿Sabían que en una de esas casas hay una imagen de madera y plata? También hay otras imágenes y una túnica sacerdotal. ¿Qué les parece?»
15. Todos se dirigieron hasta la casa de Micaías, y saludaron al joven sacerdote.
18. Cuando el sacerdote se dio cuenta de sus intenciones, les preguntó:—¿Qué están haciendo?
19. Ellos le contestaron:—¡Cállate! ¡No digas nada! Ven con nosotros y serás nuestro consejero y sacerdote. Es mejor ser sacerdote de toda una tribu israelita, que de la familia de un solo hombre, ¿no te parece?
20. Esto le pareció bien al sacerdote, así que tomó la túnica y las imágenes, y se fue con los de Dan.
21. Al seguir su camino, pusieron al frente a los niños, el ganado y el equipaje.
22. Ya se habían alejado bastante cuando Micaías salió con sus vecinos a perseguirlos.
23. Cuando los de Dan oyeron los gritos, se dieron vuelta y le preguntaron a Micaías:—¿Qué te pasa? ¿A qué vienen tantos gritos?
24. Micaías les contestó:—¿Cómo se atreven a preguntarme qué me pasa? ¡Ustedes me han robado las imágenes que hice, se han llevado a mi sacerdote y me han dejado sin nada!
25. Entonces los de Dan le contestaron:—¡Cuidado con lo que dices! ¡No nos levantes la voz! Algunos de nosotros podríamos perder la paciencia y atacarte, y morirías tú y tu familia.