3. Estando allí, se dieron cuenta de que el joven sacerdote era de otro lugar, por su manera de hablar, y le preguntaron:—¿Quién te trajo acá? ¿Qué estás haciendo? ¿Para qué viniste?
4. Él les explicó:—Hice un trato con Micaías, y él me paga para que sea yo su sacerdote.
5. Entonces ellos le dijeron:—Por favor, consulta a Dios por nosotros. Queremos saber si nos irá bien en este viaje.
6. Él les contestó:—Pueden ir tranquilos, porque Dios los va a proteger.
7. Los cinco hombres salieron, y cuando llegaron a Lais encontraron que allí la gente vivía confiada y tranquila, pues tenía todo lo que necesitaba. Esa gente era de Sidón, pero como estaba lejos de su patria no se relacionaba con nadie.
8. Cuando los que habían ido a explorar volvieron a Sorá y Estaol, sus compañeros les preguntaron:—¿Cómo les ha ido?
9. Ellos les respondieron:—¡Hay que atacarlos ya! Recorrimos toda la zona y vimos que la tierra es muy fértil. ¡Vamos, no se queden ahí sin hacer nada! ¡Hay que ir enseguida a conquistar esa tierra!
27-28. Los de Dan se fueron a atacar a la ciudad de Lais, llevándose al sacerdote de Micaías y las imágenes que él había hecho. Lais estaba en el valle que pertenecía al pueblo de Bet-rehob, y allí la gente vivía tranquila y confiada, sin sospechar que iban a ser atacados. Sin embargo, los danitas los mataron a todos, y después incendiaron la ciudad. Y como los de Lais no tenían relaciones con nadie, y estaban lejos de su patria, nadie los ayudó. Después los danitas volvieron a edificar la ciudad y se quedaron a vivir allí,
29. aunque le cambiaron el nombre. En vez de Lais, le pusieron por nombre Dan, en honor de su antepasado, que fue hijo de Jacob.
30. Colocaron la imagen de madera y plata para adorarla, y nombraron sacerdote a Jonatán, que era descendiente de Guersón y de Moisés. Después los descendientes de Jonatán fueron sacerdotes de los danitas hasta los días del exilio.
31. La imagen de Micaías estuvo allí todo el tiempo que el santuario de Dios permaneció en Siló.