16. porque todavía no lo habían recibido. Y es que sólo habían sido bautizados en el nombre de Jesús.
17. Entonces Pedro y Juan pusieron sus manos sobre la cabeza de cada uno, y todos ellos recibieron el Espíritu Santo.
18. Al ver Simón que la gente recibía el Espíritu Santo cuando los apóstoles les ponían las manos sobre la cabeza, les ofreció dinero a los apóstoles y les dijo:
19. —Denme ese mismo poder que tienen ustedes. Así yo también podré darle el Espíritu Santo a quien le imponga las manos.
20. Pero Pedro le respondió:—¡Vete al infierno con todo y tu dinero! ¡Lo que Dios da como regalo, no se compra con dinero!
21. Tú no tienes parte con nosotros, pues bien sabe Dios que tus intenciones no son buenas.
22-23. Claramente veo que tienes envidia, y que no puedes dejar de hacer lo malo. Tienes que dejar de hacerlo. Si le pides perdón a Dios por tus malas intenciones, tal vez te perdone.
24. Simón les suplicó:—¡Por favor, pídanle a Dios que me perdone, para que no me vaya al infierno!
25. Antes de volver a Samaria, Pedro y Juan compartieron con la gente el mensaje del Señor. Después regresaron a la ciudad de Jerusalén, pero en el camino fueron anunciando a los samaritanos las buenas noticias del reino de Dios.