4. Pasados los días de duelo, José les dijo a los miembros de la corte del rey de Egipto:—Si puedo pedirles un favor, yo les agradecería que le hablaran al rey por mí. Díganle
5. que cuando mi padre estaba a punto de morir, me hizo jurarle que yo lo enterraría en su propia tumba, la cual está en Canaán. Pídanle que me deje ir a enterrar a mi padre, y que luego volveré.
6. El rey le respondió:—Ve a enterrarlo, tal como te pidió que lo hicieras.
10. Al llegar al campo de Atad, que está cerca del río Jordán, José guardó siete días de luto por su padre, y todo el grupo lamentó amargamente su muerte.
11. Cuando los cananeos que vivían allí vieron llorar a los egipcios, dijeron: «Parece que a los egipcios se les murió alguien muy importante». Por eso al campo de Atad le pusieron el nombre de «Campo de las lágrimas egipcias».
14. Después del entierro, José y sus hermanos regresaron a Egipto, junto con toda la gente que los había acompañado.
15. Al ver que su padre estaba muerto, los hermanos de José pensaron: «¿Qué vamos a hacer si José todavía está enojado con nosotros, y quiere vengarse por lo que le hicimos?»
18. Sus hermanos fueron entonces a verlo, y se arrodillaron delante de él. Le dijeron:—Somos tus esclavos.
22. José se quedó a vivir en Egipto, junto con toda la familia de su padre. Alcanzó la edad de ciento diez años
23. y llegó a ver a los bisnietos de Efraín. También meció en sus rodillas a los hijos de Maquir, que eran sus nietos por parte de Manasés.
26. José murió en Egipto a la edad de ciento diez años. Su cuerpo fue embalsamado y puesto en un ataúd.