1. Dios le dijo a Jacob: «Cuando estabas huyendo de tu hermano Esaú, yo me aparecí a ti en Betel. Así que regresa a Betel, quédate a vivir allá, y constrúyeme un altar».
2. Jacob entonces les ordenó a sus familiares y a todos los que vivían con él:«Desháganse de todos esos dioses extraños en los que han creído. Luego báñense y cámbiense de ropa,
13-14. Cuando Dios se fue de allí, Jacob levantó en ese lugar una columna de piedra, y sobre ella derramó aceite y vino para dedicársela a Dios.