1. Entre los animales salvajes que Dios creó, no había otro más astuto que la serpiente. Un día, la serpiente le dijo a la mujer:—¿Así que Dios les dijo que no comieran de ningún árbol del jardín?
2. La mujer le contestó:—¡Sí podemos comer de cualquier árbol del jardín!
3. Lo que Dios nos dijo fue: “En medio del jardín hay un árbol, que no deben ni tocarlo. Tampoco vayan a comer de su fruto, pues si lo hacen morirán”.Pero la serpiente insistió:
4. —Eso es mentira. No morirán.
5. Dios bien sabe que, cuando ustedes coman del fruto de ese árbol, serán iguales a Dios y podrán conocer el bien y el mal.