1. Queridos hermanos y hermanas de la iglesia de Filipos:Nosotros, Pablo y Timoteo, que somos servidores de Jesucristo, enviamos un saludo a todos ustedes, que pertenecen al pueblo especial de Dios y están unidos a Jesucristo. Saludos también para los líderes y los diáconos.
10. para que sepan cómo elegir lo mejor. Así, cuando Cristo vuelva, estarán sin pecado y nadie podrá acusarlos de nada.
11. Porque, con la ayuda de Jesucristo, ustedes harán lo bueno, para que la gente alabe y honre a Dios.
12. Queridos hermanos, quiero que sepan que lo que me ha pasado, más bien me ha ayudado a anunciar la buena noticia.
13. Todos los guardias del palacio, y el resto de la gente, saben que estoy preso por servir a Cristo.
14. Además, al saber que estoy preso, la mayoría de los hermanos se ha animado a anunciar el mensaje de Dios, sin miedo y con más confianza en el Señor Jesucristo.
15-16. Es cierto que algunos anuncian la buena noticia porque de veras quieren ayudar: aman a Cristo y saben que Dios me ha dado la tarea de defender la buena noticia. En cambio, hay otros que lo hacen sólo por competir conmigo, o porque me envidian.