45. Dios también me dijo:
46-47. «Ezequiel, dirige la mirada hacia el sur, y dale a Jerusalén este mensaje de mi parte:“Jerusalén, voy a prenderte fuego. Destruiré a todos tus habitantes, y no dejaré a ninguno con vida. El fuego se extenderá de sur a norte, y acabará con todos a su paso. ¡Nadie podrá apagar ese incendio!
48. Todo el mundo se dará cuenta entonces de que el fuego que Dios enciende, nadie puede apagarlo”».
49. Yo me quejé con Dios y le dije: «¡Ay, Dios mío! ¡La gente dice que yo sólo hablo por hablar!»