21. los peces del río se murieron, y el agua apestaba tanto que los egipcios no podían beberla. ¡Todo el país se llenó de sangre!
22-23. Tal como Dios lo había dicho, el rey se puso terco. Y como también sus magos convirtieron agua en sangre, no les hizo caso a Aarón y a Moisés, y regresó a su casa.
24. Los egipcios no podían beber del agua del río Nilo, así que hicieron pozos en las orillas del río para sacar agua limpia.
25. Siete días después, Dios golpeó el agua del río Nilo.