6. Una cosa debe quedar bien clara: si Dios les da esta buena tierra, no es porque ustedes sean muy buenos, pues en realidad son un pueblo muy terco.
7-8. »Nunca se olviden de esto: Desde el día en que ustedes salieron de Egipto, y hasta el día de hoy, siempre han desobedecido a Dios. Cuando estaban en el desierto, y también en el monte Horeb, hicieron enojar a Dios, y él pensó en destruirlos.
9. Yo había subido al monte para recibir las tablas del pacto que Dios hizo con ustedes. Allí pasé cuarenta días y cuarenta noches sin comer ni beber nada.