2-3. Para la presentación de la estatua, el rey mandó que se reunieran todas las personas importantes de su gobierno. Cuando toda esa gente estuvo reunida,
6. Quien no se incline para adorar a la estatua, será arrojado de inmediato a un horno encendido».
7. Y así fue. En cuanto la gente oyó la música, todos se arrodillaron y adoraron a la estatua de oro. Pero como los judíos no obedecieron la orden,
8. unos babilonios fueron a ver al rey para acusarlos.
9. Le dijeron:«¡Deseamos que Su Majestad viva muchos años!
20. Luego ordenó que sus hombres más fuertes ataran a los jóvenes y los echaran al fuego.