9. Todos quedaron terriblemente quemados, pero ni aun así se volvieron a Dios ni lo alabaron. Al contrario, ofendieron a Dios, que tiene poder para suspender esos terribles castigos.
12. El sexto ángel vació su copa sobre el gran río Éufrates, y el agua del río se secó para que los reyes del Oriente pudieran pasar.
13. Entonces vi que de la boca del dragón, de la boca del monstruo y de la boca del falso profeta, salieron tres espíritus malos que parecían ranas.
14. Eran espíritus de demonios, que hacían cosas extraordinarias y maravillosas. Salieron para reunir a todos los reyes del mundo, para que lucharan contra el Dios todopoderoso. Lo harán cuando llegue el día en que Dios juzgará a todo el mundo.
15. Por eso el Señor Jesús dice:«Yo volveré cuando menos lo esperen. Volveré como el ladrón, que roba en la noche menos esperada. ¡Dios bendecirá al que se mantenga despierto y vestido, pues no lo sorprenderán desnudo! ¡Ni tendrá nada de qué avergonzarse!»
16. Los espíritus malos reunieron a los reyes en un lugar, que en hebreo se llama Harmagedón.