2 Samuel 18:3-24 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

3. Pero sus hombres le respondieron:—Usted no debe acompañarnos. Es mejor que se quede en la ciudad y desde aquí nos mande ayuda. Al enemigo no le importa si nos derrota y nos hace huir; tampoco le importa si mata a la mitad del ejército. En cambio, usted vale más que diez mil de nuestros hombres.

4. El rey aceptó quedarse, si ellos creían que era lo mejor. Se paró entonces a la entrada de la ciudad, mientras veía salir su ejército en grupos de cien y de mil soldados.

9. Cuando Absalón se enfrentó a los hombres de David, iba montado en una mula. De repente, al pasar por debajo de un gran árbol, se le atoró la cabeza entre las ramas y se quedó colgado mientras que la mula siguió corriendo.

10. Un soldado lo vio y fue a decirle a Joab:—¡Absalón se quedó colgado de un árbol!

11. Y Joab le dijo:—¡Pues lo hubieras matado! Si lo hubieras hecho, ya te habrías ganado diez monedas de plata y un cinturón.

12. El soldado contestó:—¡Ni por mil monedas de plata me atrevería a hacerle daño al hijo del rey! Nosotros oímos cuando el rey mismo le ordenó a usted que cuidara al joven Absalón. También se lo dijo a Abisai y a Itai.

13. Si yo lo hubiera matado, el rey llegaría a saberlo, pues él se entera de todo. Y entonces, ¡hasta usted se pondría en mi contra!

14. Joab le dijo:—¡Estoy perdiendo el tiempo contigo!Enseguida, Joab fue al árbol donde Absalón todavía estaba colgado, y le clavó tres flechas en el pecho.

15. Los diez ayudantes de Joab rodearon a Absalón y acabaron de matarlo.

18. Cuando Absalón era joven, mandó hacer en su honor un monumento de piedra y le puso su nombre. Como no tenía hijos, pensó que así la gente lo recordaría para siempre. Ese monumento está en el Valle del Rey y se conoce como «Monumento de Absalón».

19. El sacerdote Ahimaas le dijo a Joab:—Déjeme ir ahora mismo a ver al rey. Quiero darle la noticia de que Dios lo ha librado de sus enemigos.

20. Pero Joab le dijo:—No conviene que le des al rey esta noticia. Se trata de la muerte de su hijo. Mejor se la das otro día.

21. Sin embargo, Joab mismo le dijo a un etíope:—Ve y cuéntale al rey lo que has visto.El etíope se inclinó ante Joab en señal de respeto, y salió corriendo.

22. Entonces Ahimaas volvió a decirle a Joab:—No me importa lo que me pase, pero déjeme usted ir con el etíope.Joab le respondió:—¿Y qué ganas con llevar esa noticia?

23. Ahimaas insistió:—Pase lo que pase, déjeme usted ir ahora mismo.Joab se lo permitió, y Ahimaas salió corriendo por el valle. Muy pronto alcanzó al etíope, y lo pasó.

24. Mientras tanto, David estaba sentado a la entrada misma de la ciudad de Mahanaim. De pronto, un soldado que vigilaba desde la muralla vio a un hombre que venía corriendo,

2 Samuel 18