2. Entonces Ezequías volvió su cara hacia la pared y oró a Dios así:
3. «Dios mío, no te olvides de que yo siempre he sido sincero contigo, y te he agradado en todo». Luego Ezequías lloró con mucha tristeza.
4. Isaías lo dejó, pero antes de salir al patio central del palacio, Dios le dijo:
7. Isaías fue y le dio el mensaje a Ezequías. Luego ordenó preparar una pasta de higos y que se la pusieran a Ezequías sobre la parte enferma para que sanara.
8. Ezequías le preguntó:—¿Y cómo voy a saber que sanaré y que podré ir al templo dentro de tres días? ¿Qué señal me vas a dar?
9. Isaías le respondió:—Dime tú qué señal prefieres: ¿quieres que la sombra en el reloj del sol se adelante diez grados o prefieres que retroceda?
10. Ezequías contestó:—Que la sombra se adelante es fácil. Lo difícil es que retroceda. Prefiero que retroceda diez grados.