2 Reyes 2:10-23 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

10. Elías le dijo:—Me pides algo muy difícil. Sin embargo, si logras verme en el momento en que Dios me lleve, recibirás lo que pides. Pero si no me ves, no lo recibirás.

11. Mientras ellos iban caminando y conversando, apareció una carroza de fuego tirada por caballos de fuego y separó a los dos profetas. Entonces Elías subió al cielo en un remolino.

12. Eliseo lo vio y gritó:—¡Mi maestro! ¡Mi maestro! Fuiste más importante para Israel que los carros de combate y los soldados de caballería.Después de esto no volvió a ver a Elías.Entonces Eliseo tomó su ropa y la rompió en dos para mostrar su tristeza.

13. También levantó la capa que se le había caído a Elías, volvió al río Jordán,

14. golpeó el agua con la capa, y dijo: «¿Dónde está el Dios de Elías?» Al golpear el agua, ésta se dividió en dos, dejando libre el paso, y Eliseo cruzó por tierra seca.

15. Cuando los profetas de la ciudad de Jericó vieron a Eliseo al otro lado del río, dijeron: «Ahora Eliseo es el sucesor de Elías». Entonces fueron a su encuentro, se inclinaron delante de él en señal de respeto,

16. y le dijeron:—Eliseo, estamos para servirte. En nuestro grupo hay cincuenta valientes que están dispuestos a buscar a tu maestro Elías. Puede ser que el espíritu de Dios lo haya levantado y dejado sobre alguna montaña o en algún valle.Eliseo les contestó:—No envíen a nadie.

17. Pero tanto le insistieron que acabó diciendo:—De acuerdo, ¡vayan!Entonces los profetas enviaron a cincuenta hombres, y durante tres días estuvieron buscando a Elías, pero no lo encontraron.

18. Cuando regresaron a la ciudad de Jericó, Eliseo les dijo al verlos:—Yo les advertí que no fueran.

19. Los habitantes de Jericó le dijeron entonces a Eliseo:—Eliseo, la ciudad está en un lugar muy bonito, pero el agua es mala y la tierra no produce frutos.

20. Eliseo les dijo:—Tráiganme un recipiente nuevo, y pónganle sal adentro.En cuanto se lo llevaron,

21. Eliseo fue al manantial de la ciudad, arrojó allí la sal y dijo: «Dios dice que ha purificado esta agua, y que nunca más causará la muerte de sus habitantes ni va a impedir que la tierra dé frutos».

22. Desde ese momento, el agua quedó pura, tal y como había dicho Eliseo.

23. Eliseo salió de allí y se fue a la ciudad de Betel. Mientras iba por el camino, unos muchachos salieron de la ciudad y se burlaron de él. Le decían: «¡Sube, calvo, sube!»

2 Reyes 2