1 Samuel 30:1-5-9 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

1-5. Al tercer día, David y sus hombres llegaron a Siclag y descubrieron que los amalecitas habían atacado el desierto del sur. A Siclag le habían prendido fuego y, aunque no mataron a nadie, se habían llevado como esclavos a mujeres, ancianos y niños. Entre las mujeres, se habían llevado a Ahinóam y a Abigail, las esposas de David.Al ver esto, David y sus hombres se echaron a llorar, hasta que ya no tuvieron más fuerzas.

6. Los hombres estuvieron a punto de apedrear a David, pues le echaban la culpa de que los amalecitas se hubieran llevado a sus mujeres y a sus hijos.Sin embargo, David confiaba en que Dios podía ayudarlo, así que se animó

7. y le dijo al sacerdote Abiatar, el hijo de Ahimélec: «Tráeme tu chaleco sacerdotal. Voy a consultar con Dios qué es lo que debo hacer».Cuando Abiatar le llevó a David el chaleco sacerdotal,

8. David consultó a Dios:—¿Debo perseguir a esos bandidos? Y si los persigo, ¿los alcanzaré?Dios respondió:—Persíguelos, porque vas a alcanzarlos, y también vas a recuperar lo que se robaron.

9. Entonces David se fue con sus seiscientos hombres. Al llegar al arroyo de Besor,

11-12. Más adelante, encontraron en el campo a un hombre desmayado. Estaba así porque en tres días no había comido ni bebido nada. Le dieron agua, un pedazo de pan de higos, y dos panes de pasas. Después de comer, aquel hombre se sintió mejor,

18-19. David recobró todo lo que los amalecitas se habían llevado, y también rescató a sus dos esposas. No faltó ningún niño ni adulto, y ni siquiera el objeto más pequeño.

26-31. De regreso en Siclag, David tomó una parte de lo que les había quitado a los amalecitas, y la envió a los lugares donde había estado con su gente, es decir, a Betel, a Ramot del desierto del sur, a Jatir, a Aroer, a Sifmot, a Estemoa y a Racal.David también envió regalos a los que estaban en las ciudades de Jerahmeel y de los quenitas, y en Hormá, Corasán, Atac y Hebrón, entre otras. Junto con los regalos, les envió este mensaje: «Éste es un regalo para ustedes, de lo que les quité a los enemigos de Dios».

1 Samuel 30