1 Samuel 30:1-5-13 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

1-5. Al tercer día, David y sus hombres llegaron a Siclag y descubrieron que los amalecitas habían atacado el desierto del sur. A Siclag le habían prendido fuego y, aunque no mataron a nadie, se habían llevado como esclavos a mujeres, ancianos y niños. Entre las mujeres, se habían llevado a Ahinóam y a Abigail, las esposas de David.Al ver esto, David y sus hombres se echaron a llorar, hasta que ya no tuvieron más fuerzas.

6. Los hombres estuvieron a punto de apedrear a David, pues le echaban la culpa de que los amalecitas se hubieran llevado a sus mujeres y a sus hijos.Sin embargo, David confiaba en que Dios podía ayudarlo, así que se animó

7. y le dijo al sacerdote Abiatar, el hijo de Ahimélec: «Tráeme tu chaleco sacerdotal. Voy a consultar con Dios qué es lo que debo hacer».Cuando Abiatar le llevó a David el chaleco sacerdotal,

8. David consultó a Dios:—¿Debo perseguir a esos bandidos? Y si los persigo, ¿los alcanzaré?Dios respondió:—Persíguelos, porque vas a alcanzarlos, y también vas a recuperar lo que se robaron.

9. Entonces David se fue con sus seiscientos hombres. Al llegar al arroyo de Besor,

10. doscientos de ellos estaban tan cansados que no lo pudieron cruzar y se quedaron allí.David siguió persiguiendo a los amalecitas con los otros cuatrocientos hombres.

11-12. Más adelante, encontraron en el campo a un hombre desmayado. Estaba así porque en tres días no había comido ni bebido nada. Le dieron agua, un pedazo de pan de higos, y dos panes de pasas. Después de comer, aquel hombre se sintió mejor,

13. así que David le preguntó:—¿De dónde vienes? ¿Al servicio de quién estás?—Soy egipcio —contestó aquel hombre—. Mi amo es un amalecita. Hace tres días me enfermé, y mi amo me abandonó aquí.

1 Samuel 30