1. Fue en ese tiempo cuando los filisteos reunieron a su ejército para pelear contra Israel. Entonces Aquís le ordenó a David:—Tú y tus hombres deben venir conmigo a la guerra.
2. —¡Claro que sí! —le contestó David—. Ahora va usted a ver de lo que soy capaz.—Muy bien —dijo Aquís—. Tú serás mi guardaespaldas.
8. Una noche Saúl se disfrazó y, acompañado por dos de sus hombres, se fue a ver a esa mujer. Cuando llegó, le dijo:—Quiero que llames al espíritu de un muerto. Necesito preguntarle algo.
9. La mujer respondió:—Tú bien sabes que Saúl ha expulsado de Israel a todos los adivinos y espiritistas. Si hago lo que me pides, con toda seguridad me matarán.
10. —Te juro por Dios —le aseguró Saúl— que nadie te castigará si haces lo que te pido.