4-7. En el ejército filisteo había un hombre llamado Goliat, que era de Gat y medía casi tres metros de altura. Llevaba puesto un casco, y también una armadura de bronce que pesaba como cincuenta y siete kilos. Sus piernas estaban protegidas con placas de bronce, y en los hombros llevaba una jabalina. La base de su lanza era enorme, y su punta era de hierro y pesaba como siete kilos. Delante de él iba su ayudante.
22. David dejó la comida con uno de los guardias y se fue corriendo para saludar a sus hermanos.
23. Mientras hablaba con ellos, escuchó cuando Goliat salió de entre los filisteos y empezó a gritar y a desafiar a los israelitas.
24. Cuando éstos vieron a Goliat, les dio mucho miedo y huyeron.
25-27. Pero David les preguntó a los que estaban cerca de allí:—¿Quién se cree este extranjero, que se atreve a desafiar a los ejércitos de Dios? ¿Qué le darán a quien lo mate y le devuelva la honra a Israel?Y le contestaron a David:—Quien mate a ese atrevido, se casará con la hija del rey Saúl. También recibirá muchas riquezas, y su familia no volverá a pagar impuestos.
28. Cuando Eliab, que era el hermano mayor de David, escuchó la conversación de David con los soldados, se enojó muchísimo y le preguntó a David:—¿A qué viniste? ¿Con quién dejaste tus pocas ovejas en el desierto? Yo sé bien que eres un mentiroso y un malvado. Sólo viniste a ver la batalla.
29. Pero David le respondió:—¿Y ahora qué hice? ¿Qué, ya no puedo ni hablar?
30. Y David se alejó de su hermano, pero fue y le preguntó a otro soldado en cuanto a la recompensa que ofrecía el rey. Y el soldado le repitió lo que ya le habían dicho.
31. Algunos soldados oyeron que David andaba preguntando, y fueron a decírselo a Saúl. Entonces el rey hizo llamar a David,
32. y David le dijo:—No se preocupe Su Majestad. Yo mataré a ese filisteo.
33. Pero Saúl le dijo:—No vas a poder matarlo. Tú eres todavía muy jovencito, y él ha sido guerrero toda su vida.
34. David le contestó:—Yo soy pastor de las ovejas de mi padre. Pero si un león o un oso vienen a llevarse alguna oveja,
35. yo los persigo, los hiero y les quito del hocico la oveja.
36. Y si el león o el oso se me echan encima, yo los golpeo y los mato. Y eso mismo voy a hacer con este filisteo, pues ha desafiado a los ejércitos del Dios vivo.
37. Si Dios me ha librado de las garras de leones y de osos, también me librará de este filisteo.Entonces Saúl le dijo a David:—Anda, pues, y que Dios te acompañe.
38. Enseguida Saúl dio órdenes de que le pusieran a David su propia ropa militar, su armadura de bronce y su casco.
39. Por su parte, David se colgó la espada, pero como no estaba acostumbrado a usar armadura, no podía ni caminar. Así que le dijo a Saúl:—Yo no estoy acostumbrado a usar esto, y no puedo ni caminar.Y se quitó la armadura.
40. Pero tomó su vara y su honda, y puso en su bolsa cinco piedras del río. Luego fue y se le acercó al filisteo.