1. Dios le dijo a Samuel:—¿Hasta cuándo vas a estar triste por Saúl? Yo lo he rechazado, así que ya no será rey. Mejor ve a Belén, donde vive Jesé. Ya he elegido a uno de sus hijos para que sea rey de Israel. Lleva aceite contigo y derrámaselo en la cabeza como símbolo de mi elección.
2. Pero Samuel le dijo:—Dios mío, si Saúl llega a saberlo, me va a matar. ¿Cómo se lo voy a ocultar?Dios le dijo:—Llévate una vaquita y dile que vas a presentarme una ofrenda.
3. Pídele a Jesé que te acompañe. Cuando yo te diga a cuál de sus hijos he elegido como rey, tú le pondrás aceite en la cabeza.
4. Y Samuel obedeció a Dios. Cuando llegó a Belén, los líderes del pueblo se preocuparon mucho y le dijeron:—¿A qué has venido? ¿Hay algún problema?
22-23. Por eso Saúl le mandó a decir a Jesé: «Estoy muy contento con tu hijo. Déjalo que se quede conmigo, para que sea mi ayudante».