2-3. —Ustedes me pidieron un rey, y he cumplido su deseo: les he dado un rey, que de ahora en adelante los gobernará.»Desde que yo era joven, y hasta la fecha, he sido el jefe de ustedes, y mis hijos son parte del pueblo. Pero ya estoy viejo. Ha llegado el momento de que, delante de Dios y de su rey, me digan cómo me he portado.»¿Con quién he sido injusto? ¿A quién le he quitado algo con engaños, o a la fuerza? ¿De quién he recibido dinero para cometer injusticias? ¿A quién le he robado su buey, o su burro?»Si algo de esto he cometido contra cualquiera de ustedes, éste es el momento de decirlo; ¡éste es el momento de acusarme! Así pagaré mis deudas.
17. Como saben, ahora es el tiempo de la cosecha y no el tiempo de lluvias; sin embargo, le voy a pedir a Dios que haga llover y envíe truenos. Así Dios les mostrará que ustedes hicieron muy mal al pedirle un rey».
18. Entonces Samuel le pidió a Dios que enviara lluvia y truenos, y Dios así lo hizo.
19. Al ver los israelitas lo que Dios y Samuel habían hecho, sintieron mucho miedo y le dijeron a Samuel:—Hemos sido muy rebeldes, pues hasta hemos exigido tener un rey. Ruégale a Dios que no nos quite la vida.
20. Y Samuel les contestó:—No tengan miedo. Aunque han hecho mal, no dejen de obedecer y amar a Dios; al contrario, sírvanle de buena gana
21. y no adoren a esos ídolos huecos y vacíos que no pueden hacerles bien ni ayudarlos.
22. »Dios no los rechazará a ustedes, pues quedaría mal ante los otros pueblos. Además, él quiso que ustedes fueran suyos.