2. Ben-hadad también envió mensajeros a la ciudad para que le llevaran este mensaje a Ahab, rey de Israel:
3. «Dame tu oro y tu plata, y las mujeres e hijos que más quieras, porque son míos».
4. El rey de Israel contestó: «Su Majestad, yo y todo lo que tengo es suyo».
5. Ben-hadad mandó de nuevo unos mensajeros con este mensaje: «Ya te he dicho que tienes que darme tu oro, tu plata, tus mujeres y tus hijos.
6. Además, mañana, como a esta misma hora, enviaré a mis oficiales para que registren tu palacio y las casas de tus funcionarios, y les daré permiso de que tomen todo lo que quieran llevarse».
7. Entonces el rey de Israel llamó a los líderes del país y les dijo:—Observen cómo este hombre está buscando causarme problemas. Me pidió mis mujeres e hijos, mi plata y oro, y le he dicho que le daré todo.
8. Entonces los líderes y todo el pueblo le dijeron al rey de Israel:—No escuche ni acepte lo que Ben-hadad le dice.
9. Entonces Ahab dijo a los mensajeros de Ben-hadad:—Díganle a Su Majestad que le daré lo que me pidió primero, pero que no voy a darle lo que ahora pide.
16-17. Al mediodía salieron a atacar al ejército de Siria y a sus aliados. Los ayudantes de los gobernadores de las provincias iban al frente, mientras tanto Ben-hadad y los treinta y dos reyes que lo apoyaban seguían emborrachándose en los refugios que habían construido.Ben-hadad mandó exploradores para que observaran lo que estaba pasando, y éstos informaron que algunos hombres habían salido de Samaria para encontrarse con ellos.
18. Ben-hadad les dijo: «Tráiganlos vivos, no importa si vienen en son de paz o en son de guerra».
19. Los ayudantes de los gobernadores y todo el ejército de Israel que iba detrás de ellos salieron de la ciudad.
20. Cada uno de ellos mató a un enemigo del ejército de Siria. Los sirios se escaparon y los israelitas los persiguieron. Pero Ben-hadad pudo escaparse.
21. El rey de Israel avanzó, capturó los caballos y carros de combate, y mató a muchos sirios.
22. Después el profeta fue a ver al rey de Israel y le dijo:—Refuerza el ejército y piensa bien lo que tienes que hacer. Porque el rey de Siria vendrá el año que viene para atacarte.
23. Mientras tanto, los oficiales de Siria le dijeron a su rey:—Los israelitas nos vencieron porque sus dioses son dioses de las montañas. Pero luchemos en el campo, y seguro que los derrotaremos.
24. Usted tiene que quitar a los reyes de sus puestos y poner en su lugar a oficiales del ejército.
25. Prepare un ejército como el que tenía antes de la guerra; reúna nuevamente caballos y carros de guerra. Después iremos a luchar contra los israelitas en el campo y seguramente los vamos a vencer.El rey de Siria siguió el consejo.
26. Un año después, Ben-hadad reunió al ejército sirio y fue a Afec a luchar contra Israel.
27. También los israelitas inspeccionaron su ejército. Luego tomaron los alimentos y el equipo necesario, y salieron a atacar al ejército de Siria. El ejército de Israel era tan pequeño que, comparado con el ejército de Siria, parecía como dos rebaños de cabras en el campo.