1. Al Vencedor: sobre Gitit: A los hijos de Coré. Salmo. ¡Cuán amables son tus moradas, oh SEÑOR de los ejércitos!
2. Codicia y aun ardientemente desea mi alma los atrios del SEÑOR; mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo.
3. Aun el gorrión halla casa, y la golondrina nido para sí, donde ponga sus pollos en tus altares, oh SEÑOR de los ejércitos, Rey mío, y Dios mío.
4. Dichosos los que habitan en tu Casa; perpetuamente te alabarán (Selah.)
5. Dichoso el hombre que tiene su fortaleza en ti; en cuyo corazón están tus caminos.
6. Cuando pasaren por el valle de Abaca lo tornarán en fuente, la lluvia también llenará las cisternas.