1. Salmo de David, estando en el desierto de Judá. Dios, Dios mío eres tú; a ti madrugaré; mi alma tuvo sed de ti, mi carne te desea en tierra de sequedad y transida sin aguas.
2. Así te miré en santidad, cuando vi tu fortaleza y tu gloria.
3. Porque mejor es tu misericordia que la vida; mis labios te alabarán.
4. Así te bendeciré en mi vida; en tu Nombre alzaré mis manos.
5. Como de sebo y de grosura será saciada mi alma; y con labios de alegría te alabará mi boca,
6. cuando me acordaré de ti en mi lecho, cuando meditaré de ti en las velas de la noche.
7. Porque has sido mi socorro; y así en la sombra de tus alas me regocijaré.