7. Tú eres mi escondedero; de la angustia me guardarás; con clamores de libertad me rodearás. (Selah.)
8. Te haré entender, y te enseñaré el camino en que andarás; sobre ti fijaré mis ojos.
9. No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento; con cabestro y con freno su boca ha de ser sujetada, porque si no, no lleguen a ti.
10. Muchos dolores para el impío; mas el que espera en el SEÑOR, lo cercará la misericordia.
11. Alegraos en el SEÑOR, y gozaos, justos; y cantad todos vosotros los rectos de corazón.