5. Porque no entendieron las obras del SEÑOR, y el hecho de sus manos, los derribará, y no los edificará.
6. Bendito el SEÑOR, que oyó la voz de mis ruegos.
7. El SEÑOR es mi fortaleza y mi escudo; en él esperó mi corazón, y fui ayudado; por tanto se gozó mi corazón, y con mi canción le alabaré.
8. El SEÑOR es la fortaleza de su pueblo, y el esfuerzo de las saludes de su ungido.
9. Salva a tu pueblo, y bendice a tu heredad; y pastoréalos y ensálzalos para siempre.