Salmos 119:122-136 Sagradas Escrituras 1569 (SEV)

122. Responde por tu siervo para bien; no me hagan violencia los soberbios.

123. Mis ojos desfallecieron por tu salud, y por el dicho de tu justicia.

124. Haz con tu siervo según tu misericordia, y enséñame tus estatutos.

125. Tu siervo soy yo, dame entendimiento; para que sepa tus testimonios.

126. Tiempo es de actuar, oh SEÑOR; han disipado tu ley.

127. Por eso he amado tus mandamientos más que el oro, y más que oro muy puro.

128. Por eso todos los mandamientos de todas las cosas estimé rectos; aborrecí todo camino de mentira.

129. PE Maravillosos son tus testimonios; por tanto los ha guardado mi alma.

130. La exposición de tus palabras alumbra; hace entender a los simples.

131. Mi boca abrí y suspiré; porque deseaba tus mandamientos.

132. Mírame, y ten misericordia de mí, como acostumbras con los que aman tu Nombre.

133. Ordena mis pasos con tu palabra; y ninguna iniquidad se enseñoree de mí.

134. Redímeme de la violencia de los hombres; y guardaré tus mandamientos.

135. Haz que tu rostro resplandezca sobre tu siervo; y enséñame tus estatutos.

136. Ríos de agua descendieron de mis ojos, porque no guardaban tu ley.

Salmos 119