25. El dijo, e hizo saltar el viento de la tempestad, que levanta sus ondas;
26. suben a los cielos, descienden a los abismos; sus almas se derriten con el mal.
27. Tiemblan, y titubean como borrachos, y toda su ciencia es perdida;
28. claman al SEÑOR en su angustia, y los libra de sus aflicciones.
29. Hace parar la tempestad en sosiego, y sus ondas cesan.
30. Se alegran luego porque se reposaron; y él los guía al término de su voluntad.
31. Alaben al SEÑOR por su misericordia, y sus maravillas para con los hijos de los hombres.
32. Y ensálcenlo en la congregación del pueblo; y en la reunión de ancianos lo alaben.
33. El puso los ríos en desierto, y los manaderos de las aguas en sed;
34. la tierra fructífera en salados; por la maldad de los que la habitan.