24. les dijo: Apartaos, que la muchacha no está muerta, mas duerme. Y se burlaban de él.
25. Pero cuando la multitud fue echada fuera, entró, y la tomó de su mano, y se levantó la muchacha.
26. Y se difundió esta fama por toda aquella tierra.
27. Y pasando Jesús de allí, le siguieron dos ciegos, dando voces y diciendo: Ten misericordia de nosotros, Hijo de David.
28. Y llegado a la casa, vinieron a él los ciegos; y Jesús les dice: ¿Creéis que puedo hacer esto? Ellos dicen: Sí, Señor.