Mateo 20:17-33 Sagradas Escrituras 1569 (SEV)

17. Y subiendo Jesús a Jerusalén, tomó sus doce discípulos aparte en el camino, y les dijo:

18. He aquí subimos a Jerusalén, y el Hijo del hombre será entregado a los príncipes de los sacerdotes y a los escribas, y le condenarán a muerte;

19. y le entregarán a los gentiles para que le escarnezcan, y azoten, y cuelguen en un madero; mas al tercer día resucitará.

20. Entonces se llegó a él la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, adorando, y pidiéndole algo.

21. Y él le dijo: ¿Qué quieres? Ella le dijo: Di que se sienten estos dos hijos míos, el uno a tu mano derecha, y el otro a tu izquierda, en tu Reino.

22. Entonces Jesús respondiendo, dijo: No sabéis lo que pedís; ¿podéis beber el vaso que yo tengo de beber, y ser bautizados del bautismo de que yo soy bautizado? Y ellos le dicen: Podemos.

23. Y él les dice: A la verdad mi vaso beberéis, y del bautismo de que yo soy bautizado, seréis bautizados; mas el sentaros a mi mano derecha y a mi izquierda, no es mío darlo, sino a los que está aparejado por mi Padre.

24. Cuando los diez oyeron esto , se enojaron con los dos hermanos.

25. Entonces Jesús llamándolos, dijo: Ya sabéis que los príncipes de los gentiles se enseñorean sobre ellos, y los que son grandes ejercen sobre ellos potestad.

26. Mas entre vosotros no será así; sino el que quisiere entre vosotros hacerse grande, será vuestro servidor;

27. Y el que quisiere entre vosotros ser el primero, será vuestro siervo;

28. como el Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.

29. Entonces saliendo ellos de Jericó, le seguía gran multitud.

30. Y he aquí dos ciegos sentados junto al camino, cuando oyeron que Jesús pasaba, clamaron, diciendo: Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros.

31. Y la multitud les reñía para que callasen; pero ellos clamaban más, diciendo: Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros.

32. Y parándose Jesús, los llamó, y dijo: ¿Qué queréis que haga por vosotros?

33. Ellos le dicen: Señor, que sean abiertos nuestros ojos.

Mateo 20