25. Cuando Jesús vio que la multitud concurría, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, yo te mando, sal de él, y no entres más en él.
26. Entonces el espíritu clamando y desgarrándole mucho, salió; y él quedó como muerto, de modo que muchos decían que era muerto.
27. Pero Jesús tomándole de la mano, le enderezó; y se levantó.
28. Y como él entró en casa, sus discípulos le preguntaron aparte: ¿Por qué nosotros no pudimos echarle fuera?
29. Y les dijo: Este género con nada puede salir, sino con oración y ayuno.
30. Y habiendo salido de allí, caminaron juntos por Galilea: y no quería que nadie lo supiese.
31. Porque iba enseñando a sus discípulos, y les decía: El Hijo del hombre es entregado en manos de hombres, y le matarán; mas muerto él , resucitará al tercer día.
32. Pero ellos no entendían esta palabra, y tenían miedo de preguntarle.
33. Y llegó a Capernaum; y así que estuvo en casa, les preguntó: ¿Qué disputabais entre vosotros en el camino?
34. Mas ellos callaron; porque los unos con los otros habían disputado en el camino quién había de ser el mayor.
35. Entonces sentándose, llamó a los doce, y les dice: Si alguno quiere ser el primero, será el postrero de todos, y el servidor de todos.
36. Y tomando un niño, lo puso en medio de ellos; y tomándole en sus brazos, les dice:
37. El que recibiere en mi nombre uno de los tales niños, a mí me recibe; y el que a mí me recibe, no me recibe a mí, sino al que me envió.