23. Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre.
24. Y levantándose de allí, se fue a los términos de Tiro y de Sidón; y entrando en casa, quiso que nadie lo supiese; mas no pudo ser escondido.
25. Porque una mujer, cuya hija tenía un espíritu inmundo, luego que oyó de él, vino y se echó a sus pies.
26. Y la mujer era griega, sirofenicia de nación; y le rogaba que echase fuera de su hija al demonio.
27. Más Jesús le dijo: Deja primero saciarse los hijos, porque no es bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perrillos.
28. Y respondió ella, y le dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos debajo de la mesa, comen de las migajas de los hijos.
29. Entonces le dice: Por esta palabra, ve; el demonio ha salido de tu hija.
30. Cuando fue a su casa, halló que el demonio había salido, y a la hija echada sobre la cama.
31. Volviendo a salir de los términos de Tiro, vino por Sidón al mar de Galilea, por mitad de los términos de Decápolis.
32. Y le traen un sordo y tartamudo, y le ruegan que le ponga la mano encima.
33. Tomándole aparte de la multitud, metió sus dedos en las orejas de él, y escupiendo, tocó su lengua (con la saliva);
34. y mirando al cielo, gimió, y dijo: Efata: que es decir : Sé abierto.
35. Luego fueron abiertos sus oídos, y fue desatada la ligadura de su lengua, y hablaba bien.
36. Y les mandó que no lo dijesen a nadie; pero cuanto más les mandaba, tanto más y más lo divulgaban.
37. Y en gran manera se maravillaban, diciendo: Bien lo ha hecho todo; hace a los sordos oír, y a los mudos hablar.