19. Y a Judas Iscariote, el que le entregó. Y vinieron a casa.
20. Y otra vez se juntó la multitud de tal manera, que ellos ni aun podían comer pan.
21. Cuando lo oyeron los suyos, vinieron para prenderle; porque decían: Está fuera de sí.
22. Pero los escribas que habían venido de Jerusalén, decían que tenía a Beelzebú; y que por el príncipe de los demonios echaba fuera los demonios.
23. Y llamándolos, les dijo en parábolas: ¿Cómo puede Satanás echar fuera a Satanás?
24. Si algún reino contra sí mismo fuere dividido, no puede permanecer el tal reino.
25. Y si alguna casa fuere dividida contra sí misma, no puede permanecer la tal casa.
26. Y si Satanás se levantare contra sí mismo, y fuere dividido, no puede permanecer; antes tiene fin.