Lucas 10:22-35 Sagradas Escrituras 1569 (SEV)

22. Todas las cosas me son entregadas de mi Padre; y nadie sabe quién sea el Hijo sino el Padre; ni quién sea el Padre, sino el Hijo, y a quien el Hijo lo quisiere revelar.

23. Y vuelto particularmente a sus discípulos, dijo: Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis;

24. porque os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.

25. Y he aquí, un doctor de la ley se levantó, tentándole y diciendo: Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna?

26. Y él dijo: ¿Qué está escrito de la ley? ¿Cómo lees?

27. Y él respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y de todas tus fuerzas, y de todo tu entendimiento; y a tu prójimo como a ti mismo.

28. Y le dijo: Bien has respondido; haz esto, y vivirás.

29. Mas él, queriéndose justificar a sí mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo?

30. Y respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó entre ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto.

31. Y aconteció, que descendió un sacerdote por el mismo camino, y viéndole, pasó de lado.

32. Y asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de lado.

33. Y un samaritano que transitaba, viniendo cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia;

34. y llegándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole sobre su cabalgadura, le llevó a un mesón, y lo curó.

35. Y otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al huésped, y le dijo: Cúralo; y todo lo que gastares de más, cuando yo vuelva te lo pagaré.

Lucas 10