12. Si os he dicho cosas terrenas, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales?
13. Y nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre, que está en el cielo.
14. Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del hombre sea levantado;
15. para que todo aquel que en él creyere, no se pierda, sino que tenga vida eterna.