31. Pablo dijo al centurión y a los soldados: Si éstos no se quedan en la nave, vosotros no podéis salvaros.
32. Entonces los soldados cortaron los cabos del esquife, y lo dejaron caer.
33. Cuando comenzó a ser de día, Pablo exhortaba a todos que comiesen, diciendo: Este es el décimocuarto día que esperáis y permanecéis en ayunas, no comiendo nada.
34. Por tanto, os ruego que comáis por vuestra salud; que ni aun un cabello de la cabeza de ninguno de vosotros perecerá.
35. Y habiendo dicho esto, tomando el pan, dio gracias a Dios en presencia de todos, y partiendo, comenzó a comer.
36. Entonces todos teniendo ya mejor ánimo, comieron ellos también.
37. Y éramos todas las personas en la nave doscientas setenta y seis.
38. Y satisfechos de comida, aliviaban la nave, echando el grano al mar.