33. Por tanto, consumió sus días en vanidad, y sus años en tribulación.
34. Si los hería de muerte, entonces buscaban a Dios; entonces se volvían solícitos en busca suya.
35. Y se acordaban que Dios era su refugio; y el Dios Altísimo su Redentor.
36. Mas le lisonjeaban con su boca, y con su lengua le mentían;
37. pues sus corazones no eran rectos para con Él, ni estuvieron firmes en su pacto.