11. Y si el Espíritu de Aquél que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó a Cristo de entre los muertos, vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.
12. Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne.
13. Porque si vivís conforme a la carne, moriréis, mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.
14. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, los tales son hijos de Dios.