16. Mas los ojos de ellos estaban embargados, para que no le conociesen.
17. Y les dijo: ¿Qué pláticas son estas que tenéis entre vosotros mientras camináis y estáis tristes?
18. Y respondiendo uno de ellos, que se llamaba Cleofas, le dijo: ¿Eres tú sólo un forastero en Jerusalén, y no has sabido las cosas que en ella han acontecido en estos días?
19. Entonces Él les dijo: ¿Qué cosas? Y ellos le dijeron: De Jesús Nazareno, que fue varón profeta, poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo;
20. y cómo los príncipes de los sacerdotes y nuestros magistrados, le entregaron a condenación de muerte, y le crucificaron.
21. Pero nosotros esperábamos que Él era el que había de redimir a Israel, y además de todo esto, hoy es el tercer día que estas cosas acontecieron.
22. Aunque también unas mujeres de entre nosotros nos han asombrado, las cuales antes del amanecer fueron al sepulcro;
23. y no hallando su cuerpo, vinieron, diciendo que también habían visto visión de ángeles, los cuales dijeron que Él vive.
24. Y fueron algunos de los nuestros al sepulcro, y hallaron así como las mujeres habían dicho; más a Él no le vieron.
25. Entonces Él les dijo: ¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho!
26. ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria?
27. Y comenzando desde Moisés, y de todos los profetas, les declaró en todas las Escrituras lo concerniente a Él.
28. Y llegando a la aldea a donde iban, Él hizo como que iba más lejos.
29. Pero ellos le constriñeron, diciendo: Quédate con nosotros, porque se hace tarde, y el día ya ha declinado. Entró, pues, a quedarse con ellos.
30. Y aconteció que estando sentado con ellos a la mesa, tomó el pan y lo bendijo, y partió, y les dio.