42. Y dijo a Jesús: Señor, acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.
43. Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo: Hoy estarás conmigo en el paraíso.
44. Y era como la hora sexta, y hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena.
45. Y el sol se oscureció, y el velo del templo se rasgó por el medio.
46. Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, entregó el espíritu.
47. Y cuando el centurión vio lo que había acontecido, dio gloria a Dios, diciendo: Verdaderamente este hombre era justo.
48. Y toda la multitud de los que estaban presentes en este espectáculo, viendo lo que había acontecido, se volvían golpeándose el pecho.
49. Y todos sus conocidos, y las mujeres que le habían seguido desde Galilea, estaban lejos mirando estas cosas.
50. Y he aquí había un varón llamado José, el cual era consejero y un varón bueno y justo
51. (Éste, no había consentido con el consejo ni con los hechos de ellos), de Arimatea, ciudad de los judíos, y quien también esperaba el reino de Dios.
52. Éste fue a Pilato, y pidió el cuerpo de Jesús.