11. Mas Herodes con sus soldados le menospreció y escarneció, vistiéndole de una ropa espléndida; y le volvió a enviar a Pilato.
12. Y aquel mismo día Pilato y Herodes entre ellos se hicieron amigos; porque antes estaban enemistados entre sí.
13. Entonces Pilato, convocando a los príncipes de los sacerdotes, y a los magistrados, y al pueblo,
14. les dijo: Me habéis presentado a Éste como un hombre que pervierte al pueblo; y he aquí, yo, habiéndole interrogado delante de vosotros, no he hallado en este hombre falta alguna de aquellas cosas de que le acusáis.
15. Y ni aun Herodes; porque os remití a él; y he aquí, nada digno de muerte ha hecho.
16. Le castigaré, pues, y le soltaré.
17. Y tenía necesidad de soltarles uno en la fiesta.
18. Mas toda la multitud dio voces a una, diciendo: Fuera con Éste, y suéltanos a Barrabás.
19. (El cual había sido echado en la cárcel por una sedición hecha en la ciudad, y por un homicidio.)
20. Y les habló otra vez Pilato, queriendo soltar a Jesús.
21. Pero ellos volvieron a dar voces, diciendo: ¡Crucifícale, crucifícale!
22. Y él les dijo la tercera vez: ¿Por qué? ¿Qué mal ha hecho Éste? No he hallado culpa de muerte en Él; le castigaré, pues, y le soltaré.
23. Pero ellos instaban a grandes voces, pidiendo que fuese crucificado. Y las voces de ellos y de los príncipes de los sacerdotes prevalecieron.
24. Entonces Pilato juzgó que se hiciese lo que ellos pedían;
25. y les soltó a aquél que había sido echado en la cárcel por sedición y homicidio, al cual habían pedido; y entregó a Jesús a la voluntad de ellos.
26. Y llevándole, tomaron a un Simón cireneo, que venía del campo, y le pusieron encima la cruz para que la llevase en pos de Jesús.
27. Y le seguía una gran multitud del pueblo, y de mujeres que le lloraban y lamentaban.
28. Mas Jesús, volviéndose a ellas, les dijo: Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, sino llorad por vosotras mismas y por vuestros hijos.
29. Porque he aquí vendrán días en que dirán: Bienaventuradas las estériles, y los vientres que no engendraron, y los pechos que no amamantaron.
30. Entonces comenzarán a decir a los montes: Caed sobre nosotros; y a los collados: Cubridnos.