33. Y José y su madre estaban maravillados de las cosas que se decían de Él.
34. Y los bendijo Simeón, y dijo a su madre María: He aquí, Éste es puesto para caída y levantamiento de muchos en Israel; y por señal a la que será contradicho
35. (Y una espada traspasará también tu misma alma), para que sean revelados los pensamientos de muchos corazones.
36. Estaba también allí Ana, profetisa, hija de Fanuel, de la tribu de Aser; la cual era grande de edad, y había vivido con su marido siete años desde su virginidad;
37. y era viuda como de ochenta y cuatro años, que no se apartaba del templo, sirviendo a Dios de noche y de día con ayunos y oraciones.
38. Y ésta, viniendo en la misma hora, también daba gracias al Señor, y hablaba de Él a todos los que esperaban la redención en Jerusalén.
39. Y cuando cumplieron todas las cosas según la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret.
40. Y el niño crecía, y se fortalecía en espíritu, lleno de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre Él.
41. E iban sus padres todos los años a Jerusalén en la fiesta de la pascua.
42. Y cuando tuvo doce años, subieron ellos a Jerusalén conforme a la costumbre de la fiesta.
43. Y cuando cumplieron los días, regresando ellos, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo José y su madre.
44. Y pensando que estaba en la compañía, anduvieron camino de un día; y le buscaban entre los parientes y entre los conocidos;
45. y como no le hallaron, volvieron a Jerusalén buscándole.
46. Y aconteció que tres días después le hallaron en el templo, sentado en medio de los doctores, oyéndoles y preguntándoles.
47. Y todos los que le oían, se admiraban de su inteligencia, y de sus respuestas.