18. ¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero?
19. Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha sanado.
20. Y preguntándole los fariseos, cuándo había de venir el reino de Dios, respondió y les dijo: El reino de Dios no vendrá con advertencia;
21. ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el reino de Dios entre vosotros está.
22. Y dijo a sus discípulos: Tiempo vendrá, cuando desearéis ver uno de los días del Hijo del Hombre, y no lo veréis.
23. Y os dirán: Helo aquí, o helo allí. No vayáis tras ellos, ni los sigáis.
24. Porque como el relámpago, que resplandeciendo, alumbra de un extremo al otro bajo del cielo, así también será el Hijo del Hombre en su día.
25. Pero primero es necesario que padezca mucho, y sea rechazado por esta generación.
26. Y como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre.
27. Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca; y vino el diluvio, y destruyó a todos.
28. Asimismo también como fue en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban;
29. pero el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y destruyó a todos.
30. Así también será el día en que el Hijo del Hombre se manifieste.
31. En aquel día, el que esté en la azotea, y sus pertenencias en casa, no descienda a tomarlas; y el que esté en el campo, igualmente, no vuelva atrás.