11. Pues si en las riquezas injustas no fuisteis fieles, ¿quién os confiará lo verdadero?
12. Y si en lo ajeno no fuisteis fieles, ¿quién os dará lo que es vuestro?
13. Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o se apegará al uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.
14. Y oían también todas estas cosas los fariseos, los cuales eran avaros, y se burlaban de Él.
15. Y les dijo: Vosotros sois los que os justificáis a vosotros mismos delante de los hombres; pero Dios conoce vuestros corazones; porque lo que los hombres tienen en alta estima, delante de Dios es abominación.
16. La ley y los profetas fueron hasta Juan; desde entonces el reino de Dios es predicado, y todos se esfuerzan por entrar en él.
17. Pero es más fácil que pasen el cielo y la tierra, que fallar una tilde de la ley.