Lamentaciones 3:8-27 Reina Valera Gómez (RVG)

8. Aun cuando clamé y di voces, cerró los oídos a mi oración.

9. Cercó mis caminos con piedra tajada, torció mis senderos.

10. Como oso que acecha fue para mí, como león en escondrijos.

11. Torció mis caminos, y me despedazó; me dejó asolado.

12. Su arco entesó, y me puso como blanco a la saeta.

13. Hizo entrar en mis entrañas las saetas de su aljaba.

14. Fui escarnio a todo mi pueblo, canción de ellos todos los días.

15. Me hartó de amarguras, me embriagó de ajenjos.

16. Me quebró los dientes con cascajo, me cubrió de ceniza.

17. Y mi alma se alejó de la paz, me olvidé del bien.

18. Y dije: Perecieron mis fuerzas, y mi esperanza de Jehová.

19. Acuérdate de mi aflicción y de mi abatimiento, del ajenjo y de la hiel.

20. Mi alma aún lo recuerda, y se humilla dentro de mí.

21. Esto traigo a mi memoria, por lo cual tengo esperanza.

22. Es por la misericordia de Jehová que no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias.

23. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.

24. Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por tanto en Él esperaré.

25. Bueno es Jehová a los que en Él esperan, al alma que le busca.

26. Bueno es esperar en silencio la salvación de Jehová.

27. Bueno le es al hombre, llevar el yugo desde su juventud.

Lamentaciones 3