34. Y los amorreos presionaron a los hijos de Dan hasta la montaña; y no los dejaron descender a la llanura.
35. Y quiso el amorreo habitar en la montaña de Heres, en Ajalón y en Saalbim; sin embargo la mano de la casa de José prevaleció, y los hicieron tributarios.
36. Y el término del amorreo fue desde la subida de Acrabim, desde la piedra, y arriba.